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El problema no era la ideología socialista, sino la ideología en sí. La ideología dividía el mundo de manera simplista entre quienes pensaban y actuaban bien y quienes no lo hacían. La ideología permitía a quien creía en ella ocultarse de sus propias fantasías y deseos desagradables e inadmisibles.
Jordan Peterson. Mapas de sentidos: La arquitectura de la creencia