La atribución automática de significado a las cosas (o la incapacidad para distinguirlas inicialmente) es una característica de lo narrativo, del mito, no del pensamiento científico. La narración capta de manera precisa la naturaleza de la experiencia bruta. Las cosas son temibles, la gente es irritante, los acontecimientos son prometedores, la comida es satisfactoria… al menos en términos de la experiencia básica. La mente moderna, que se ve a sí misma como una mente que ha trascendido el dominio de lo mágico, es aun así infinitamente capaz de tener reacciones «irracionales» (léase «motivadas»).
Jordan Peterson. Mapas de sentidos: La arquitectura de la creencia