Un niño escucha que su padre o su madre contrata una niñera por teléfono. Un hombre pretende que su esposa se muestre más agradecida porque él se ha ocupado de lavar la ropa. Un libro de autoayuda le aconseja a esa mujer que deje a su marido. Los momentos de la vida privada en que se producen conflictos o confusiones respecto del cuidado suelen guardar relación directa con presiones contradictorias que ejerce la sociedad en general. A veces, dichas presiones se originan en un lugar y se manifiestan en otro, como ocurre con el llamado “dolor reflejo”. Así como un dolor de pierna puede originarse en una hernia de disco lumbar, es posible que un vínculo dolorosamente resentido entre padres e hijos sea consecuencia de una aceleración corporativa o una racionalización gubernamental. En nuestros momentos de desapego y descuido, cada vez sentimos más el dolor reflejo del capitalismo global que avanza sin que nada lo detenga.
Arlie Russell Hochschild. La mercantilización de la vida íntima