Y en lo que concierne a las relaciones sociales, la abnegación debería tomar la forma, no de exhibiciones de supuesta humildad, sino de dominio de la lengua y los humores: abstenerse de decir cosas poco caritativas o meramente frívolas (lo que significa, en la práctica, abstenerse de un cincuenta por ciento de la conversación ordinaria) y conducirse con calma y quieta alegría cuando las circunstancias externas o el estado de nuestros cuerpos nos predisponen a la ansiedad, melancolía o júbilo excesivo.
Aldous Huxley. La filosofía perenne