Estamos ansiosos, enfadados, empapados en cortisol y algo enloquecidos. El camino hacia la recuperación empieza por salir del tornado del ruido. Mejor aún: al aprender a callarnos, podemos mejorar no solo nuestra vida, sino también la de las personas que nos rodean: nuestros hijos, cónyuges, amistades y colegas. En el sentido más amplio, si todos bajamos un poco el volumen podemos hacer del mundo un lugar mejor. Curiosamente, no es tan fácil.
Dan Lyons. Cállate: El poder de mantener la boca cerrada en un mundo de ruido incesante