El espíritu de progreso no siempre es espíritu de libertad, pues puede desear imponer el progreso a quienes no se sienten ligados a él; y el espíritu de libertad, cuando se resiste, a esos esfuerzos, puede aliarse local y temporalmente con los adversarios del progreso; pero la única fuente infalible y permanente del progreso es la libertad, pues, gracias a ella, puede contar el progreso con tantos centros independientes como individuos existan.
John Stuart Mill. Sobre la libertad