No basta con liberarse del tirano; la sociedad que dio origen al tirano ha de transformarse por completo.
Slavoj Žižek. Problemas en el paraíso
Frases y fragmentos de libros que te harán pensar
No basta con liberarse del tirano; la sociedad que dio origen al tirano ha de transformarse por completo.
Slavoj Žižek. Problemas en el paraíso
¿Quieres disfrutar del sueño pagano de una vida agradable sin pagar el precio de una tristeza melancólica? ¡Elige el cristianismo!
Slavoj Žižek. Problemas en el paraíso
Hay una serie de temporalidades asociadas al endeudamiento: para ser capaz de reembolsar la deuda (recordar la promesa realizada) uno ha de ser capaz de tener un comportamiento predecible, regular y calculador. Esto no sólo va en contra de cualquier revuelta futura, con su inevitable anulación de su capacidad de pagar; también implica la eliminación del recuerdo de rebeliones y actos de resistencia colectiva anteriores que trastocaron el normal flujo del tiempo y llevaron a comportamientos impredecibles.
Este sujeto endeudado se ve constantemente expuesto a la inspección evaluadora de los demás: estimaciones individualizadas y cumplimiento de objetivos en el trabajo, clasificaciones crediticias, entrevistas individuales para aquellos que reciben beneficios de créditos públicos. El sujeto se ve así obligado no sólo a demostrar que será capaz de pagar su deuda (y reembolsarla a la sociedad a través de un comportamiento correcto), sino también a demostrar las actitudes correctas y asumir la culpa individual por cualquier fracaso.
Ahí es donde la asimetría entre el acreedor y el deudor se vuelve palpable: el «empresario del yo» endeudado es más activo que el sujeto de los modos de gobierno anteriores y más disciplinarios; no obstante, privado como está de su capacidad de gobernar su tiempo, o de evaluar su comportamiento, su capacidad para la acción autónoma se ve seriamente restringida.
Slavoj Žižek. Problemas en el paraíso
A medida que, con la mengua de sus salarios y la eliminación de su protección social, los individuos se vuelven más pobres, el neoliberalismo les ofrece compensación mediante la deuda y el reparto de acciones. De este modo, los sueldos o los salarios diferidos (las pensiones) no aumentan, pero la gente tiene acceso a créditos para el consumo y se la anima a preparar su jubilación mediante una cartera personal de acciones; la gente ya no tiene derecho a la vivienda, sino acceso a un crédito hipotecario; ya no se tiene derecho a una educación superior, pero se pueden pedir préstamos estudiantiles; la protección mutua y colectiva contra los riesgos es desmantelada, pero se anima a la gente a acogerse a los seguros privados. Así, sin sustituir todas las relaciones sociales existentes, el nexo acreedor-deuda acaba asfixiándolos: los trabajadores se convierten en trabajadores endeudados (tienen que pagar a los accionistas de la empresa por darles trabajo); los consumidores se convierten en consumidores endeudados; los ciudadanos se convierten en ciudadanos endeudados, y tienen que responsabilizarse por la parte que les corresponde de la deuda de su país.
Slavoj Žižek. Problemas en el paraíso
Hay un mundo, el mundo sensible, que es hijo del hambre, y otro mundo, el ideal, que es hijo del amor.
Miguel de Unamuno. Del sentimiento trágico de la vida
El peligro no es la ligereza frívola, sino su hipertrofia, cuando invade la vida y asfixia las demás dimensiones esenciales: la reflexión, la creación, la responsabilidad ética o política. La ligereza frívola no es dramática por sí misma, pero llega a serlo cuando se impone como estilo de vida dominante hasta el punto de aniquilar lo que enriquece la vida humana. ¿Qué es más aburrido que la sola frivolidad? Al mismo tiempo, la vida sin ligereza superficial es triste y agobiante. Lo que hay que denunciar es la ligereza fútil que se propone como ideal supremo de la vida.
Gilles Lipovetsky. De la ligereza
Las técnicas ascéticas de renunciación del mundo han cedido el paso a métodos que supuestamente consiguen al mismo tiempo triunfos materiales y calma interior, éxito y serenidad, energía y tranquilidad. En pocas palabras, una felicidad interior que ya no exige ascesis ni renunciaciones inaceptables de lo exterior, sea lo que fuere (bienestar material, eficacia profesional, sexo, diversiones). El individuo aspira a la ligereza sin cambiar realmente de estilo de vida. Aligerar las vivencias, pero sin esfuerzo espiritual permanente, sin la disciplina de la vida ascética, sin perder las ventajas del mundo moderno: al día de hoy, el yoga y la meditación hacen furor entre los ejecutivos de la City en cuanto técnicas de mindfulness para combatir el estrés y el agotamiento en el trabajo, aumentar la concentración y favorecer una productividad óptima. Lo que significa que el regreso de lo religioso y de las sabidurías antiguas no expresa tanto un «cambio de paradigma» como la prolongación del espíritu de eficacia y del consumismo por otros medios.
Gilles Lipovetsky. De la ligereza
Por último, el neoconsumidor no quiere tanto proclamar un «peso» social ante los demás como ponerse en movimiento y olvidar la pesadez del presente: las luchas simbólicas de clase han sido reemplazadas por objetivos de aligeramiento en las vivencias individuales. En la actualidad, el consumo funciona en buena medida como paliativo de deseos incumplidos, medio para «recuperar la moral», provisión de consuelo, pequeña embriaguez capaz de hacer olvidar, aunque sea un momento, las desgracias, decepciones y frustraciones de cada cual. De las incesantes variaciones de los bienes de consumo esperamos que nos quiten de encima la pesadez de la vida, dinamizando unas veces más, otras menos, la cotidianidad. El consumo de nuestros días se parece a un viaje: se siente como una evasión ligera cuya función es oxigenar o animar el presente. Por permitirnos combatir los tiempos muertos de la jornada, suspender la pesadez de las rutinas e intensificar o «rejuvenecer» las vivencias del presente, el consumo hipermoderno debe concebirse como un instrumento de aligeramiento de la existencia, concreto pero cotidiano.
Gilles Lipovetsky. De la ligereza
En realidad, hace lo que hacen todos los buenos burgueses. Todos ellos nos dicen que la libre concurrencia, el monopolio, etc., en principio, es decir, considerados como ideas abstractas, son los únicos fundamentos de la vida, aunque en la práctica dejen mucho que desear. Todos ellos quieren la concurrencia, sin las funestas consecuencias de la concurrencia. Todos ellos quieren lo imposible, a saber: las condiciones burguesas de vida, sin las consecuencias necesarios de estas condiciones. Ninguno de ellos comprende que la forma burguesa de producción es una forma histórica y transitoria, como lo era la forma feudal. Este error proviene de que, para ellos, el hombre burgués es la única base posible de toda sociedad, proviene de que no pueden representarse ningún estado social en que el hombre hubiese dejado de ser burgués.
Karl Marx. Carta de Marx a Pavel Vasilyevich Annenkov
Las tierras antiguamente cultivadas y más tarde abandonadas no vuelven nunca al baldío original, sino que se cubren de zarzas y se vuelven “locas”. De la misma forma, este universo, liberado de sus viejas religiones, reinventa a toda prisa “espiritualidades” de segunda mano, devociones ubuescas de repuesto, que al parecer tenemos totalmente prohibido considerar simplemente irrisorias.
Philippe Muray. El Imperio del Bien