Abrazar modestamente una pequeña felicidad, ¡a esto le llaman «resignación»! Y a la vez miran ya de reojo, modestamente, hacia otra pequeña felicidad. En su simplicidad, solo tienen un deseo en el fondo: que nadie les haga daño. Por eso son corteses para con todos y les hacen bien. Pero es cobardía; aunque se le dé el nombre de «virtud».
Friedrich Nietzsche. Así habló Zaratrusta