Lo único que mantiene la vida con vida es «estar impresionado por lo otro». De lo contrario se queda apresada en el infierno de lo igual.
Byung-Chul Han. La sociedad paliativa
Frases y fragmentos de libros que te harán pensar
Lo único que mantiene la vida con vida es «estar impresionado por lo otro». De lo contrario se queda apresada en el infierno de lo igual.
Byung-Chul Han. La sociedad paliativa
El paso más importante para emanciparse de los controles sociales es la habilidad de encontrar recompensas en los acontecimientos de cada momento. Si una persona aprende a disfrutar y a encontrar significado en la corriente incesante de experiencias, en el propio proceso de vivir por sí misma, el peso de los controles sociales cae automáticamente de nuestros hombros. El poder regresa a la persona cuando las recompensas dejan de estar delegadas a fuerzas exteriores a ella misma. Ya no es necesario luchar por objetivos que siempre están alejándose en el futuro y finalizar cada aburrido día con la esperanza de que tal vez mañana suceda algo bueno. En lugar de estar siempre esforzándonos para alcanzar el premio que, como en el suplicio de Tántalo, está fuera de nuestro alcance, uno empieza a recoger las recompensas verdaderas de la vida.
Mihaly Csikszentmihalyi. Fluir: una psicología de la felicidad
Nuestra psique necesita tener esperanza para sobrevivir del mismo modo que un pez precisa del agua. La esperanza es la gasolina de nuestro motor mental. Es la mantequilla de nuestra tostada. Puede ser un sinfín de metáforas horteras. Sin esperanza, todo tu sistema mental se detendrá o se morirá de hambre. Si no creemos que haya esperanza en que el futuro sea mejor que el presente, en que nuestras vidas mejoren de algún modo, entonces morimos espiritualmente. Al fin y al cabo, si no hay esperanza en que las cosas mejoren, ¿por qué vivir entonces? ¿Por qué hacer algo?
Mark Manson. Todo está jodido
¿Amas la vida? Entonces no malgastes el tiempo; porque de eso está hecha la vida.
Benjamin Franklin. Almanaque del pobre Richard
La carne considera el placer como algo que puede prolongarse de manera infinita, y por eso anhela un tiempo infinito. Pero la razón, después de calcular los límites de la carne y suprimir los temores de la muerte, sabe que una vida finita puede proporcionarnos una calidad inmejorable de placer. La razón no desprecia el placer ni cuando el deterioro físico señala la cercanía de la muerte; ni en esa situación dirá el sabio que le falta algo para llevar una vida maravillosa.
Epicuro. Epicureísmo: La filosofía del jardín
Odiar la vida, despreciarla, incluso si es por el incuestionable dolor que inflige, tan solo sirve para empeorarla aún más de manera insoportable. No supone una auténtica protesta ni tiene nada de bueno, no es sino el deseo de producir sufrimiento por producirlo. Y esa es la misma esencia del mal. La gente que llega a semejantes conclusiones se encuentra a un paso del caos absoluto. A veces tan solo le faltan las herramientas. A veces, como Stalin, controlan con el dedo el botón nuclear.
Jordan Peterson. 12 reglas para vivir: un antídoto al caos
Di lo que quieres decir para que así puedas descubrir qué es lo que quieres decir. Luego, lleva a la acción lo que dices para que así puedas descubrir lo que ocurre. Y entonces presta atención. Advierte tus errores y exprésalos. Haz lo posible para corregirlos. Es así como descubrirás el significado de tu vida. Y te protegerá de la tragedia. ¿Cómo podría ser de otra forma?
Jordan Peterson. 12 reglas para vivir: un antídoto al caos
Pero si un recluso fumaba se juzgaba un mal presagio. Significaba una evidente pérdida de su voluntad de vivir, la intención fatal de «disfrutar» de sus últimos días. Declaraba su renuncia a sobrevivir, y, perdida la voluntad, raramente se recuperaba.
Viktor Frankl. El hombre en busca de sentido
Acuérdate de que lo que te agita a manera de un títere es una cierta fuerza oculta en tu interior; y esta fuerza es la actividad, es la vida, es, si así puede decirse, el hombre mismo. Nunca confunda tu imaginación esta fuerza con el receptáculo que lo encierra y los miembros moldeados a su alrededor; porque éstos son muy parecidos a los utensilios, y sólo diferentes en que nos pertenecen por nacimiento. Puesto que, estas partes de nosotros mismos, sin la causa que los moviliza y les torna el reposo, no tendrían otra utilidad que la que tiene la lanzadora para la tejedora, la pluma para el escribano, el látigo para el cochero.
Marco Aurelio. Meditaciones
No pretendas que los sucesos sucedan como quieres, sino quiere los sucesos como suceden y vivirás sereno.
Epicteto. Manual de vida