Si las violaciones gubernamentales de los derechos de propiedad siguen su curso, aumentando y haciéndose cada vez mayores, la tendencia natural de la humanidad a acumular un capital creciente de bienes de consumo duraderos y a trabajar con una visión cada vez más a largo plazo, con objetivos más distantes en el tiempo (orientados hacia el futuro), no sólo puede quedar suspendida, sino que puede invertirse por una tendencia a la descivilización: los individuos previsores y responsables se convertirán en borrachos o alucinados; los adultos, en niños; el hombre civilizado, en bárbaro; y los productores, en delincuentes
Hans-Hermann Hoppe. Democracia: el dios que fracasó