No es cierto que el tedio excluya la felicidad. Pueden vivir juntos y unirse en un nudo inextricable.
Natalia Ginzburg. Las tareas de la casa y otros ensayos
Frases y fragmentos de libros que te harán pensar
No es cierto que el tedio excluya la felicidad. Pueden vivir juntos y unirse en un nudo inextricable.
Natalia Ginzburg. Las tareas de la casa y otros ensayos
Anulado el espíritu, el ser humano actual no tiene a su disposición nada excepto esta elección imperiosa, ocasional e instantánea. Lo que esta toma del presente es como el mango de escoba o los barreños de las actuales obras de arte: un objeto en realidad banal y vulgar, pero un objeto, elegido y atrapado al vuelo en el vacío; un signo de que todavía es posible una elección, que un objeto puede ser aún llamado único, pues ha sido elegido no se sabe por qué entre los millones de objetos idénticos que dan vueltas en los vórtices del espacio.
Natalia Ginzburg. Las tareas de la casa y otros ensayos
Que nuestra añoranza de un mundo desaparecido es inútil, no cabe duda. En efecto, aquel mundo, tal como era, no podrá volver jamás. Y por otra parte, no está claro que eso sea lamentable. El hecho de que nosotros sintamos la necesidad de añorarlo, porque era el mundo que hospedaba nuestra juventud, no implica más que una inclinación sentimental, una debilidad de nuestro espíritu. Pero dicho esto, lo que también está claro es que al ser humano le resulta totalmente imposible establecer qué cosas le son útiles y qué cosas le son inútiles. El ser humano no lo sabe.
Natalia Ginzburg. Las tareas de la casa y otros ensayos
Y hoy el público acepta aburrirse. Hoy el público acepta contemplar durante horas, inmóvil, un objeto inmóvil. Acepta no entender, no recibir explicaciones, tener delante cosas indescifrables y no descifrarlas. Por no sé qué malentendido ha nacido la idea de que el aburrimiento resulta de algún modo necesario, obligado e indisolublemente ligado a las más altas actividades del espíritu. El público se ha vuelto extrañamente dócil, sumiso y paciente.
Natalia Ginzburg. Las tareas de la casa y otros ensayos
Sin embargo, nos damos cuenta de que antes de convertirnos en piedras nos convertiremos en algo distinto, porque también esto es ahora para nosotros un motivo de asombro: la extrema lentitud con la que envejecemos. Conservamos durante mucho tiempo aún la costumbre de creernos «los jóvenes» de nuestro tiempo, de modo que cuando oímos hablar de «jóvenes» volvemos la cabeza como si se hablara de nosotros, costumbre que tiene raíces tan profundas que quizá no la perderemos hasta habernos convertido del todo en piedras, es decir en la vigilia de la muerte.
Natalia Ginzburg. Las tareas de la casa y otros ensayos