Anulado el espíritu, el ser humano actual no tiene a su disposición nada excepto esta elección imperiosa, ocasional e instantánea. Lo que esta toma del presente es como el mango de escoba o los barreños de las actuales obras de arte: un objeto en realidad banal y vulgar, pero un objeto, elegido y atrapado al vuelo en el vacío; un signo de que todavía es posible una elección, que un objeto puede ser aún llamado único, pues ha sido elegido no se sabe por qué entre los millones de objetos idénticos que dan vueltas en los vórtices del espacio.
Natalia Ginzburg. Las tareas de la casa y otros ensayos