No tienes derecho sino a hacer tu voluntad. Hazlo, y ningún otro dirá que no. Porque la voluntad pura, sin apego a los propósitos, liberada de la lujuria del resultado, es perfecta en todos los sentidos.
Boris Cyrulnik. Morirse de vergüenza
No tienes derecho sino a hacer tu voluntad. Hazlo, y ningún otro dirá que no. Porque la voluntad pura, sin apego a los propósitos, liberada de la lujuria del resultado, es perfecta en todos los sentidos.
Boris Cyrulnik. Morirse de vergüenza