El tratamiento preferencial que se puede dispensar a un niño durante el desarrollo puede contribuir a formar un hombre atractivo, equilibrado y seguro de sí mismo. Este fue el caso del padre del psicoanalista Sigmund Freud, según sus propias palabras: «Un hombre que fue el indisputable favorito de su madre mantiene durante el resto de su vida el sentimiento de conquistador, esa confianza en el éxito que a menudo conduce al éxito real.
Jordan Peterson. 12 reglas para vivir: un antídoto al caos