¿Qué podía incitar a los seres humanos, exactamente, a llevar a cabo trabajos aburridos y penosos? Me parecía la única pregunta política que merecía la pena plantearse. El testimonio del viejo obrero era abrumador, sin remisión: en su opinión la única respuesta era la necesidad de dinero; en cualquier caso,…
Todo era bastante armonioso y sobre todo muy relajante. Por desgracia no era posible evitar la constatación de que un paisaje agradable hoy era casi necesariamente un paisaje preservado de toda intervención humana desde como mínimo un siglo. Michel Houellebecq. Aniquilación