El pensamiento solitario no aparece más que como un melancólico y estéril fruto de soledad y de esfuerzo; y hay dos cosas odiadas hoy en día con arrogancia: la fatiga y el esfuerzo. Se procura combatirlas y aniquilarlas en cuanto se vislumbra una tenue huella. Se forman grupos, para defenderse de la oscuridad y del silencio, de la presencia agotadora y penosa de la soledad. Se forman grupos para viajar, para existir, para tocar y cantar, para crear obras. Se forman grupos incluso para hacer el amor; resulta agotadora y penosa, y demasiado emparentado con la soledad, la famosa y antigua relación de una sola mujer con un solo hombre.
Natalia Ginzburg. Las tareas de la casa y otros ensayos