¿Quién hay que tenga valor para decirse la verdad a sí mismo? ¿Quién es el que, metido entre la multitud de aduladores, no se lisonjeó? Séneca. De la tranquilidad del ánimo
Existen ciertas cosas que en su principio dependen de nosotros; cuando avanzan, nos arrastran por sus propias fuerzas y no permiten retroceso. Séneca. Tratado sobre la ira
Yo siento, en verdad, gran aversión hacia ese tipo de persona calamitosa; cuando me quiero divertir con un tonto, no he de andar muy lejos: me río de mí mismo. Esa mujer de que te hablo perdió súbitamente la vista, y te contaré una cosa increíble, pero bien cierta: ignora…