Me celebro y me canto a mí mismo. Y lo que yo diga ahora de mí, lo digo de ti, porque lo que yo tengo lo tienes tú y cada átomo de mi cuerpo es tuyo también.
Walt Whitman. Canto a mí mismo
Frases y fragmentos de libros que te harán pensar
Me celebro y me canto a mí mismo. Y lo que yo diga ahora de mí, lo digo de ti, porque lo que yo tengo lo tienes tú y cada átomo de mi cuerpo es tuyo también.
Walt Whitman. Canto a mí mismo
Hay días en los que, ¿cómo lo diría?, se me revela con tanta claridad el sentido del mundo y del hombre, que los cielos se abren de repente encima de mí. Y sin embargo, estos días se van, como todo lo que nos pasa. No sabemos guardar nada, no definimos nada, ni para nosotros, ni para los demás. En tales momentos tengo la sensación de mi plenitud y la certeza de que nunca más llegaré a dudar de lo que he conquistado o descifrado entonces. Y sin embargo, también esos momentos pasan y se consumen, dejándonos muy pocos y muy imprecisos pensamientos.
Mircea Eliade. Fragmentarium
Todo lo que sufre un proceso de corrosión (la suciedad, la putrefacción), como todo lo que aparece y crece con una vitalidad monstruosa (las colonias de larvas, los gusanos, los ratones, etc.), produce disgusto por su vertiginosidad; el ser humano teme su reabsorción en una categoría múltiple, su aniquilación en una masa viva.
Mircea Eliade. Fragmentarium
Una cultura como la nuestra, que se ha lanzado heroicamente por un camino que estimaba no sólo como el mejor, sino como el único digno de un hombre inteligente y honrado, una cultura que para poder alimentar el gigantesco esfuerzo intelectual que reclamaba el progreso de la ciencia y de la industria tuvo que sacrificar tal vez lo mejor de su alma, es evidente que semejante cultura se ha hecho excesivamente celosa de sus propios valores y que sus representantes más calificados ven con suspicacia todo intento de convalidación de las creaciones y demás culturas exóticas o primitivas.
Mircea Eliade. Herreros y alquimistas
Platón llamaba dynamis a la capacidad simultánea de actividad y pasividad; para Lao-Tse, sabio era quien sabía estar alerta y en reposo. El individuo agitado, que mucho abarca y poco aprieta, no es capaz de lo uno ni de lo otro. Cuando Walter Pater escribió que lo importante de la experiencia no era su fruto, sino ella misma, no contaba con que esto acabaría definiendo, con dolorosa ironía, el agotamiento del sujeto contemporáneo.
Jorge Freire. Agitación. Sobre el mal de la impaciencia
Tal es lo que Nietzsche definió en un aforismo de Humano, demasiado humano como la desgracia de los hombres activos: de poco sirve preguntarles por el fin de su actividad, porque esta es esencialmente irracional. Así «los activos ruedan, como rueda la piedra, conforme a la estupidez de la mecánica».
Jorge Freire. Agitación. Sobre el mal de la impaciencia
La Era actual pertenece al hombre. En ella vive y lucha por su existencia, y aumenta o reduce el número de otros seres vivientes para asegurar su propia vida. Miles y miles de épocas le han precedido, y miles de épocas distintas le seguirán. Y siempre, inmutable, esta vieja y paciente madre Tierra ha abierto al calor del Sol la vida que albergaba en su regazo, para que prosperara y se transformara, a fin de dejar el espacio, la luz y el alimento a otras vidas nuevas. Inquieta, como el mar en eterno movimiento, ella misma se ha ido transformando, y de sus mares ha hecho elevarse los continentes y apilarse las montañas, para luego arrojarlos de nuevo a los abismos.
Hans Cloos. Diálogo con la tierra
Hora es ya de que el hombre, habitante de este Planeta, conozca sus costumbres de tal modo que sepa esperarlas con su espíritu y soportarlas con su cuerpo. Entonces se establecerá esta unidad entre la Tierra y el hombre, sin la cual no es posible obtener una intuición general del Mundo exenta de contradicciones.
Hans Cloos. Diálogo con la tierra
Pensemos en la historia de la Tierra como si fuera la antigua medida de la yarda inglesa, la distancia de la nariz del rey a la punta de su mano extendida. Un golpe de una lima de uñas en el dedo medio borraría toda la historia de la humanidad.
Stephen Jay Gould. La flecha y el ciclo del tiempo
El problema no es tanto que nos sintamos atraídos hacia las dicotomías sino que imponemos divisiones incorrectas o engañosas de dos sobre un mundo de complejidad.
Stephen Jay Gould. La flecha y el ciclo del tiempo