Amamos a nuestros vicios, y por esto los defendemos y preferimos excusarlos a combatirlos. La Naturaleza ha dado al hombre bastante fuerza, si sabemos usarla, si recogemos nuestras energías y las excitamos a luchar por nosotros, o, por lo menos, no contra nosotros. La falta de voluntad es la causa; la falta de fuerza, el pretexto.
Séneca. Cartas a Lucilio