Ni la oferta de bienes actuales ni la tecnología están dadas o fijadas. Al contrario: son artefactos diseñados con la intención de mejorar el bienestar de su apropiador/ productor. Las expectativas que se tienen de ellos pueden resultar acertadas o erróneas; y en lugar de asegurar un beneficio para el agente, sus acciones pueden resultar en una pérdida. Pero nadie dedicaría tiempo a recoger bayas si no esperara que fueran comestibles. Nadie se apropiaría de un arbusto frutal si no pensara que con ello aumentaría su cosecha de fruta. Nadie estaría interesado en aprender sobre cualquier hecho o ley de la naturaleza a menos que pensara que ese conocimiento podría ayudarle a mejorar su situación.
Hans-Hermann Hoppe. Democracia: el dios que fracasó