El placer es un dios falso. Las investigaciones muestran que la gente que enfoca su energía en placeres superficiales termina más ansiosa, más inestable emocionalmente y más deprimida. El placer es la forma más superficial de satisfacción vital y por ello es la más fácil de obtener y la más fácil de perder.
Sin embargo, nos venden el placer las 24 horas del día. Es nuestra obsesión. Es lo que usamos para desensibilizarnos y distraernos. Pero este placer, aunque sea necesario en la vida (en ciertas dosis), no es, en sí mismo, suficiente. El placer no es la causa de la felicidad; más bien es el efecto. Si haces todo lo demás bien (los otros valores y parámetros), entonces el placer llegará naturalmente, derivará de esto.
Mark Manson. El sutil arte de que (casi) todo te importe una mierda