Los teóricos de la conspiración –asustados por el alcance de lo que sí sabemos, prestos a rellenar los huecos, ansiosos por poder aportar un relato con profundidad espacio-temporal, apasionados y deseosos de identificar lo antes posible a los culpables y restituir la verdad– resultan interesantes no tanto en sí mismos, sino por ser síntoma de un mundo que se ha desbocado por completo.
Alain Deneault. Mediocracia