En el curso de los análisis que hice a tantas personas, comprendí que la necesidad de un padre, de una madre, o de un dios (da igual), es, en realidad, inmadurez. Es una necesidad infantil, una necesidad humana, pero tan universal que puedo ver cómo dio lugar a que surgieran…
La introspección es un monstruo devorador. Es necesario alimentarlo con muchas cosas materiales, muchas experiencias, muchas personas, muchos sitios, muchos amores, muchas creaciones, y solo así deja de alimentarse de uno mismo. Anaïs Nin. Diario II