En realidad, toda religión positiva es la usurpadora del trono que pertenece a la filosofía. Por eso los filósofos siempre serán hostiles a la religión, aun cuando debieran considerarla como un mal necesario, unas muletas para la debilidad morbosa del espíritu de la mayor parte de los hombres.
Arthur Schopenhauer. El amor, las mujeres y la muerte