La inmensa mayoría de la historia de Occidente, en prácticamente cualquier plano, es el triunfo de una visión de trascendencia. Así, desde este punto de vista, los seres humanos tienen, literalmente, que salir (de sí) para poder encontrar aquello que los hace plenos o los realiza. Ni en ellos mismos ni tampoco en su entorno encuentran nada significativo. La trascendencia es, manifiestamente, una forma de vida y de pensamiento que coincide con el extrañamiento; esto es, en palabras más técnicas, con la enajenación.
Carlos Eduardo Maldonado Castañeda. Teoría de la información y la complejidad: la tercera