El libre pensamiento ha agotado su propia libertad. Está cansado de su propio éxito. Si algún librepensador entusiasta aclama ahora la libertad filosófica como el amanecer, es solo como el hombre de Mark Twain que salió envuelto en mantas para ver salir el sol y llegó justo a tiempo para ver su puesta.
G.K. Chesterton. Ortodoxia