Como han señalado Korzybski y los semánticos, nuestras palabras, símbolos, signos, pensamientos e ideas son meros mapas de la realidad, no la realidad misma, porque «el mapa no es el territorio». La palabra «agua» no calma la sed. Pero vivimos en el mundo de los mapas y las palabras como si fuera el mundo real. En pos de las huellas de Adán, nos hemos perdido totalmente en un mundo de mapas y demarcaciones puramente fantásticas. Y esas demarcaciones ilusorias, con los opuestos que crean, se han convertido en nuestras apasionadas batallas.
Ken Wilber. La conciencia sin fronteras