No es cierto que todas las personas han desarrollado su capacidad de amar y es habitual que quien dice amar a muchos, en el fondo, no ama a nadie, posición, por cierto, más respetable que la de la mayoría sometida a insoportables relaciones de parasitismo y cobardía de las que no saben cómo liberarse. Así que nos atrevemos a defender que el amor es una actitud crítica ante lo contundente y es por eso por lo que en estos tiempos nuestros el amor es la antítesis y el antídoto definitivo contra la inmediatez que precede la mediocridad.
Leyre Khyal. Prohibir la manzana y encontrar la serpiente: Una aproximación crítica al feminismo de cuarta generación