Lo que le reprocho a la igualdad no es que arrastre a los hombres tras de los placeres prohibidos, es que los absorbe por entero en la búsqueda de los permitidos. Alexis de Tocqueville. La democracia en América
Frases de Alexis de Tocqueville
Adorar la libertad
Habría amado la libertad, creo yo, en cualquier época, pero en los tiempos en que vivimos me siento inclinado a adorarla. Alexis de Tocqueville. La democracia en América
Vivir a toda costa del dinero público
La verdad ―la lamentable verdad― es que el gusto por hacerse con un cargo y el deseo de vivir a costa del dinero público no son entre nosotros una enfermedad restringida a ningún partido, sino la dolencia grave y crónica de toda la nación, el resultado de la constitución democrática…
Su amor por la comodidad
El peculiar espíritu de la clase media se convirtió en el espíritu general del gobierno; dominó la política exterior, así como los asuntos domésticos: un espíritu activo, industrioso, a menudo indecoroso, generalmente sobrio, ocasionalmente imprudente debido a la vanidad o al egoísmo, pero tímido por temperamento, moderado en todas las…
El extremo de la cadena
Nuestros contemporáneos son incesantemente atormentados por dos pasiones enemigas: sienten la necesidad de ser guiados y el deseo de permanecer libres. No pudiendo destruir ni el uno ni el otro de estos instintos contrarios, se esfuerzan en satisfacer a los dos al mismo tiempo. Imaginan un poder único, tutelar, todopoderoso,…
El poder público
Los siglos democráticos son tiempos de pruebas, de innovaciones y de aventuras. Siempre hay una multitud de hombres que están comprometidos en una empresa difícil o nueva que persiguen aparte, sin preocuparse por sus semejantes. Estos aceptan, por principio general, que el poder público no debe intervenir en los asuntos…
Los pequeños intereses domésticos
Si los ciudadanos continúan recluyéndose cada vez más estrechamente en el círculo de los pequeños intereses domésticos, y continúan agitándose sin descanso, podemos temer que acabarán convirtiéndose en inaccesibles a las grandes y poderosas emociones públicas que alteran los pueblos, pero que los desarrollan y los renuevan. Cuando veo que…
Perderlo todo
Pero los hombres que viven en una comodidad igualmente alejada de la opulencia y de la miseria, otorgan a sus bienes un valor inmenso. Como todavía son muy próximos a la pobreza, ven de cerca sus rigores, y los temen; entre la pobreza y ellos, no hay nada más que…
Saborear placeres vulgares
Los moralistas se quejan constantemente de que el vicio favorito de nuestra época es el orgullo. Esto es verdad en cierto sentido: no hay nadie, en efecto, que no crea valer más que su vecino y que acepte obedecer a su superior. Pero es muy falso en otro sentido; porque…
Forzar el alma
Pero, si la igualdad de condiciones da a todos los ciudadanos algunos recursos, impide que ninguno de ellos tenga recursos demasiado amplios; cosa que recluye necesariamente los deseos en límites bastante estrechos. En los pueblos democráticos, la ambición es, pues, ardiente y continua, pero no puede apuntar habitualmente muy arriba;…