Y todo esto en razón del «diktat irresponsable y fascista de los responsables de las líneas de producción». Esos sujetos «pretenden captar una espera de novedades [en el consumidor] y lo único que hacen en realidad es transformar su vida en una búsqueda agotadora y desesperada, un vagabundeo sin fin entre lineales eternamente modificados»
Bernard Maris. Houellebecq economista