Este mundo es agotador y desesperante. En el centro del capitalismo y de la sociedad de mercado está prohibido plantarse, descansar, quedarse en un mismo sitio, contentarse con lo que se tiene, acostumbrarse a los objetos, a las marcas, al propio trabajo. Es todavía la destrucción creadora de Schumpeter, pero vista desde la perspectiva del consumo, generador de tristeza y medio de coerción feroz. Manteniendo a los individuos en la incertidumbre perpetua, obligándolos a moverse, a cambiar de costumbres, el consumo los hace añicos.
Bernard Maris. Houellebecq economista