Nuestra actual sensación de desasosiego, de retorno a la violencia, de retorno al embotamiento moral, nuestra impresión de una fractura central de los valores producida en las artes, en el donaire de los modos personales y sociales, nuestros temores de una nueva «edad de tinieblas» en la que la propia civilización, tal como la conocimos, pueda desaparecer o quedar confinada a pequeñas islas de conservación arcaica, todos estos temores tan gráfica y ampliamente enunciados hasta llegar a ser un clisé dominante del estado del espíritu contemporáneo, sacan su fuerza, su aparente evidencia, de la comparación.
Detrás de la actual postura de dudas y compunción está presente (de manera tan general que en gran medida se lo pasa por alto) un particular pasado, una presunta «edad de oro» específica. Nuestra experiencia del presente, los juicios tan frecuentemente negativos que hacemos sobre nuestro lugar en la historia contrastan contra el fondo de lo que deseo llamar el «mito del siglo XIX» o el «imaginado jardín de la cultura liberal».
George Steiner. En el castillo Barba Azul. Aproximación a un nuevo concepto de cultura