La noción de un tiempo perpetuo es una monstruosidad, algo imposible de concebir, captar o experimentar realmente de ningún modo. Pero el eterno ahora, este momento intemporal, es tan simple y tan accesible como tu propia experiencia presente… porque los dos son una y la misma cosa. Por eso, como dijo Wittgenstein, «la vida eterna pertenece a aquéllos que viven en el presente».
Ken Wilber. La conciencia sin fronteras