Según Erwin Schroedinger, el fundador de la mecánica cuántica, «puedes arrojarte de bruces al suelo, extendido sobre la Madre Tierra, con la segura convicción de que eres uno con ella, y ella contigo. Estás tan firmemente establecido y eres tan vulnerable como ella; es más, eres mil veces más firme e invulnerable.
Tan seguro como que ha de devorarte mañana es que de nuevo ha de darte a luz, a una nueva vida de pugna y sufrimiento. Y no simplemente «algún día»: ahora, hoy, día tras día te está pariendo, no una, sino miles de veces, así como día tras día te devora más de mil veces. Pues no hay en todo tiempo, eternamente, otra cosa más que el ahora, uno y el mismo ahora; el presente es la única cosa que no tiene fin».
Ken Wilber. La conciencia sin fronteras