Anomia–literalmente, “la carencia de reglas”–es el nombre que el sociólogo francés Émile Durkheim dio a una condición que se daba en la sociedad en que las normas del comportamiento se volvían confusas. Cuando no está claro qué está permitido y qué no lo está, cuando existe indecisión sobre cuáles son los valores de la opinión pública, el comportamiento se convierte en algo errático y sin sentido. La gente, que depende de las reglas de sociedad para dar orden a su conciencia, se vuelve ansiosa. Situaciones de anomia podrían darse cuando la economía se derrumba, o cuando una cultura es destruida por otra, pero también pueden venir cuando la prosperidad aumenta rápidamente y los viejos valores del ahorro y del trabajo duro ya no son tan pertinentes como lo habían sido.
Mihaly Csikszentmihalyi. Fluir: una psicología de la felicidad