El capitalismo se dirige a niños cuya insaciabilidad y deseo de consumir sin trabas van de la mano con la negación de la muerte. Por eso es morboso. El deseo furioso de dinero, que no es sino un deseo de prolongar el tiempo, es pueril y dañino. Nos hace olvidar el verdadero deseo, el único deseo noble, el deseo de amor.
Bernard Maris. Houellebecq economista