Decir adiós a la verdad no es solo un regalo sin más que se hace al “Poder”, sino, sobre todo, el retiro de la única oportunidad de emancipación que le es dada a la Humanidad: el realismo contra la ilusión y la magia. He aquí la importancia del saber: la corrección, siempre posible y obligada, del “madero torcido de la Humanidad”, no resignarse a ser “menores de edad”, a pesar de lo cómodo que resulta serlo, como escribía Kant.
Maurizio Ferraris. Manifiesto del nuevo realismo