Quien no sabe gobernarse pide ser gobernado.
Jorge Freire. Agitación. Sobre el mal de la impaciencia
Frases y fragmentos de libros que te harán pensar
Quien no sabe gobernarse pide ser gobernado.
Jorge Freire. Agitación. Sobre el mal de la impaciencia
A la luz de este punto de vista, no tenemos otra alternativa que admitir que la servidumbre, con la cual la libertad es medida, debe ser mantenida con ella, es decir, que el aspecto de la verdad fuera del cual parece emerger la noche, la oscuridad de nuestro tiempo, es tan poco renunciable como el progreso subjetivo del hombre. De este modo, las dos fuentes de la conciencia del hombre son inseparables, no como un aspecto inerte sino como un aspecto viviente y complementario, un aspecto de aquel principio de complementariedad mediante el cual Niels Bohr ha buscado unir el cuanto y la onda, que constituyen la verdadera fábrica de radiante energía vital.
Werner Heisenberg. Física y filosofía
Todo va viento en popa: almorzamos, fijamos citas, somos ciudadanos perfectamente normales de determinados países. Estamos sometidos a determinadas obligaciones, y no es fácil eludirlas sin volverse neurótico; tenemos que atender a nuestros deberes. Así pues, estamos todos en las raíces, viviendo entre nuestro sostén de raíces («sostén de raíces» es la traducción literal de mûlâdhâra). Estamos efectivamente arraigados en este mundo —por ejemplo, cuando compran ustedes su billete al conductor del tranvía, o su entrada para el teatro, o pagan al camarero—, esa es la realidad palpable. Y entonces el sí-mismo está dormido, lo cual quiere decir que todas las cosas referentes a los dioses están dormidas.
Carl Gustav Jung. La psicología del yoga Kundalini
El caso de las sociedades animales pone claramente de manifiesto el predominio de la emergencia sobre la construcción. En las manadas de lobos no se entierran los cadáveres, no se administra la justicia, no se celebran matrimonios, no hay tabúes con respecto al incesto ni al canibalismo. Sin embargo, hay relaciones de supremacía y de subordinación cuya continuidad es posible observar en un consejo de facultad cualquiera de una universidad contemporánea.
Maurizio Ferraris. Movilización total
(…) “falacia del saber-poder”, según la cual, en toda forma de saber se esconde un poder vivido como negativo, de modo que el saber, en vez de unirse prioritariamente a la emancipación, se presenta como un instrumento de sometimiento. Este anti-iluminismo es el corazón en tinieblas de lo moderno.
Maurizio Ferraris. Manifiesto del nuevo realismo
Dadas las circunstancias, en su alma pudieron coexistir la rendición incondicional y el propósito de no rendirse nunca, velados ambos por el descubrimiento de la carne.
Antonio Escohotado. Rameras y esposas
«¡Una nueva servidumbre! Tiene posibilidades —me dije para mí, pues no hablé en voz alta—. Sé que las tiene, porque no parece demasiado atractivo. No se parece a palabras como Libertad, Emoción o Goce, que son palabras verdaderamente encantadoras, pero solo son sonidos para mí, tan huecos y fugaces que escucharlas es perder el tiempo. ¡Pero Servidumbre! Debe de ser viable.
Charlotte Brontë. Jane Eyre
Cuando haces el amor gastas energías y después te sientes feliz y no te importa nada. No pueden soportarlo que te sientas así. Quieren que estés a punto de estallar de energía todo el tiempo. Todas estas marchas arriba y abajo vitoreando y agitando banderas no es más que sexo agriado. Si eres feliz dentro de ti mismo, ¿por qué te ibas a excitar por el Gran Hermano y el Plan Trienal y los Dos Minutos de Odio y todo el resto de su porquería?
George Orwell. 1984
Hay algo profundamente equivocado en aquello en lo que nos hemos convertido: somos una civilización basada en el trabajo, pero ni siquiera en el «trabajo productivo», sino en el trabajo como un fin en sí mismo. Hemos llegado a creer que los hombres y las mujeres que no se esfuerzan más duramente de lo que desean en empleos que no les gustan son mala gente, indigna de recibir amor, atención o asistencia por parte de sus comunidades. Es como si hubiésemos dado nuestro consentimiento colectivo para nuestra propia esclavización.
David Graeber. Trabajos de mierda
Por razones obvias, las tendencias sádicas son en general menos conscientes y más racionalizadas que los impulsos masoquistas, que no son tan peligrosos como aquellas desde el punto de vista social. Con frecuencia ellas se ocultan por completo detrás de formaciones de carácter reactivo que se expresan bajo forma de exagerada bondad o exagerada preocupación para con los demás. Algunas de las racionalizaciones más frecuentes son estas: «Yo te mando porque sé qué es lo que más te conviene, y en tu propio interés deberías obedecerme sin ofrecer resistencia»
Erich Fromm. El miedo a la libertad