Los poetas menores modernos son naturalistas y cantan a las plantas y a los arroyos; pero los cantores de las antiguas epopeyas y fábulas eran sobrenaturalistas y cantaban a los dioses de los arroyos y de las plantas. Se quejan los modernos de que los antiguos «no apreciaban la Naturaleza»: pero ellos pensaban que la Naturaleza era divina.
G.K. Chesterton. La ética en el país de los duendes