Nunca creí ni una palabra de aquella propaganda sobre la “liberación de las costumbres”. Por el contrario, lo que veo reinar desde siempre y más que nunca para siempre es la búsqueda de la asexuación. El erotismo pareció triunfar, bajo diversas formas escritas o filmadas, sólo porque aparentemente era económicamente bastante rentable. Acabado a día de hoy, podemos volver a las cosas serias. El odio antisexual perpetuo muestra de nuevo sus signos feroces.
Philippe Muray. El Imperio del Bien